Por Gabriela Rosales
La Universidad de Sonora conformó desde su inicio diversos
bachilleratos en Ciencias y Humanidades. A partir de 1956 por instrucciones de
la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior
en México (ANUIES) se implantó el Bachillerato Único que conjugaría la ciencia,
la técnica y el saber humanista. En la llamada Preparatoria Central, y después
en las unidades foráneas, se implantó las materias de Filosofía, Lógica, Ética
y Estética.
La ANUIES recomendó la creación de la Facultad de Altos
Estudios a la Universidad de Sonora, ésta fue aprobada en 1962. La idea era
integrar las Ciencias Fisicomatemáticas y el saber técnico con las Humanidades.
El Rector Canale no deseaba conformar una Escuela de Filosofía y Letras
imitando a la UNAM, pues menospreciaba este tipo de instituciones. La
administración universitaria
desestimó abrir las licenciaturas
en Historia y en Filosofía inclinándose por las de Letras y de Ciencias
Fisicomatemáticas. La integración del saber científico y humanista no se
concretó y con el tiempo Altos Estudios desapareció surgiendo los departamentos de Física, Matemáticas y
Humanidades.
Hace alrededor de
siete años se introdujeron temas relacionadas con la filosofía en la
Universidad de Sonora (Uni-Son), en un eje de formación común a los distintos
programas; se dispuso, que las materias de Ética
y Desarrollo Profesional y Estrategias para Aprender a Aprender fueran impartidas en todos los departamentos
académicos de la Institución. Para ello, se propuso acreditar a los maestros
que se encargarían de dichas materias, ahora consideradas bajo el concepto de
espacios. Una comisión de profesores sin
formación filosófica elaboró los programas y el material correspondiente. Desde
las primeras reuniones realizadas
por los maestros de la materia de Ética
encontraron inconsistencias en el contenido y la seriación del material proporcionado, señalando la
conveniencia de contar con un nuevo material de apoyo más apropiado.
La materia
de Ética y Desarrollo Profesional fue
concebida como un taller filosófico. Pero la mayoría de los grupos en la
Universidad de Sonora se integran con 40 alumnos y representa una gran
dificultad para los maestros poder trabajar la disciplina como taller. En
diversos foros, los profesores han
expuesto la necesidad de reducir el número de alumnos por grupo. Diversos
especialistas, analizados en el Seminario de Didáctica de la Filosofía
promovido por la Academia de Metodología y Filosofía del Departamento de
Sociología y Administración Pública, han señalado que en los grupos grandes los
alumnos se inhiben pero que cuando de fraccionan en grupos pequeños comienzan a
dialogar, escuchar y cooperar. Esta estrategia permite trabajar de mejor manera
a quienes la han aplicado, en las condiciones que tenemos.
El
intento de superar la masificación de los grupos ha llevado a los maestros a
dar clase estilo conferencia, y algunos dedican un día a la semana para hacer
prácticas de taller. La práctica de la docencia varía, hay quien ha preferido conducir a su grupo al centro de
cómputo para trabajar en la plataforma y depositar sus prácticas de taller directamente
en línea. Maestros que cuentan con formación filosófica han ido aportando
nuevos elementos que han sido retomados por otros profesores. La obra de Ética
de Adolfo Sánchez Vázquez se ha hecho
presente en el aula de trabajo, como es natural, y poco a poco se han ido
incorporando otros autores y temáticas. No obstante que desde el siglo pasado
se ha ido incrementando el interés por el efecto que la ciencia y la tecnología
tienen sobre los seres humanos, en nuestra Institución hay quienes expresan
desdén por el saber filosófico.
Ha habido esfuerzos de catedráticos en elaborar trabajos destinados
a los alumnos sobre temas teóricos y de ética
aplicada, tratando de abordar la diversidad de problemáticas que se presentan
para la reflexión filosófica en el ámbito de la ética. En razón de esa
preocupación existe interés en las consideraciones morales relacionadas con la
ciencia. Algunos académicos han acudido a la colaboración de expertos en
ciertas disciplinas con interés en temas
filosóficos, quienes han propuesto lecturas de interés científico sobre el
papel de la Ética en la investigación científica, de esta manera tales opciones
se acercan a los intereses de los estudiantes de las ciencias exactas y
naturales. El campo de la medicina y las ciencias de la salud es adecuado para
abordar aspectos de la ética aplicada a la vida (bioética), lo cual permite
crear interés en los alumnos por los temas de nacimiento y final de la vida, donación
y trasplante de órganos, la sexualidad y las sociedades de convivencia, y su
aplicación en el Distrito Federal en el año 2010, entre otros.
Un pequeño grupo de profesores de la Academia de
Metodología y Filosofía del Departamento
de Sociología y Administración Pública, con el fin de profundizar en temas
relevantes que constituyan aportes de apoyo al trabajo académico de otros
profesores, han organizado un Seminario de Filosofía. Se trata de un espacio en
donde se reflexiona sobre temas de actualidad para el pensamiento filosófico,
trabajando sobre el papel de los Talleres y Seminarios en el abordaje de la
reflexión filosófica, una práctica realizada en universidades, centros
educativos y espacios sociales de Europa y Estados Unidos, que puede ser de
interés para los profesores que imparten la materia de Ética y Desarrollo
Profesional en la Universidad de Sonora.
Fuera de ese espacio de reflexión no se han creado otros
que permitan analizar y discutir el trabajo que los profesores realizan en la
impartición de la materia que nos ocupa. Al inicio de la reforma de los planes
de estudio en la Uni-Son, el delegado del STAUS --con Maestría en Filosofía-- en
el Departamento de Sociología y Administración Pública, propuso que Ética y
Desarrollo Profesional fuera organizada y conducida por dicha unidad académica,
en virtud de que allí se concentran algunos profesores con estudios
filosóficos; si bien la propuesta fue valorada positivamente y hubo la promesa de
que se realizaría la adscripción de la materia, no existió interés alguno por parte de la
autoridad de ese departamento en hacerse cargo de ella, si bien, años después se
reconocería la importancia de la orientación y conducción de dicha cátedra.
La Delegación del STAUS en Sociología y Administración
Pública externó su preocupación por el futuro de la materia y logró plasmar en
el Contrato Colectivo de Trabajo una iniciativa para conformar una comisión propuesta
bilateralmente por el STAUS y la administración universitaria, para el análisis
y, en su caso, adecuación del contenido temático del espacio de Ética y
Desarrollo Profesional. La cláusula acordada no ha sido cumplida y la Comisión fue
integrada por la administración de manera unilateral con abogados,
administradores públicos y comunicólogos, pero no hubo resultados.
De acuerdo a mi experiencia personal, la respuesta de los
estudiantes en clase varía dependiendo de la carrera que están cursando y de
otros factores. Los alumnos de las ingenierías, se ocupan de cumplir con la
cuestión formal, es decir, suelen ser puntuales, atentos en clase y respetuosos,
cumplen las peticiones de los maestros, sin importar el contenido programático
del curso; en otras áreas no suele ocurrir lo mismo. Entre los grupos de
ciencias, destacan los estudiantes de Física y Matemáticas; los primeros, se
muestran participativos en clase, poseen un mayor bagaje cultural y se orientan hacia temas relacionados con la
moralidad en la conducción de la política nacional; se muestran interesados en
abordar temas relacionados con los
dilemas de la guerra atómica, el invierno nuclear, y los problemas sociales y
ambientales que han sido generados por las plantas nucleares en el mundo. Los estudiantes
de matemáticas, se interesan en temas relacionados con el trabajo de la
investigación científica y de la ingeniería genética; en el salón defienden sus
opiniones, suelen rebasar el tiempo de clase, y algunos se quedan a continuar
el debate iniciado durante el transcurso de ella.
Los contenidos temáticos de la materia de Ética y
Desarrollo Profesional, que se imparten en la Uni-Son, debieran conjugar el
aspecto abstracto con la Ética aplicada, abordando el impacto de la actividad del hombre en el medio ambiente, la
flora, la fauna y la sociedad, la
importancia de establecer un equilibrio con el mundo que nos rodea y con el
cosmos. Cada vez es mayor el interés de la humanidad por el ejercicio
profesional de los docentes, los médicos y los científicos. Su actividad
impacta la vida de otros seres humanos y da lugar al abordaje de una ética para la vida, que se ocupa de la
relación del hombre con el hombre, con otros seres vivos, con el medio ambiente
y con el universo. Esa preocupación nos conduce a la persona humana, desde el
momento de su concepción, pasando por todas las etapas de su vida, hasta la
muerte final, además se enlaza con los avances de la medicina en la relación
médico-paciente y sus implicaciones éticas. Estos temas generan interés en los
alumnos.
Instituciones y personajes de la vida académica y pública
insisten hoy en día en diversos foros y medios sobre la importancia de la Ética
y la moral. Universidades prestigiadas como las de
Stanford, Harvad, Warthon y Amos Tuck, han introducido cursos de Ética en sus
programas académicos en los últimos años; un ex Procurador General de la
República –Sergio García Ramírez-- ha resaltado la importancia de la Ética en
el desempeño del servicio público, señalando que debiera ser una materia común
para los aspirantes a esos trabajos. Un filósofo destacado, como es el caso de Enrique
Dussel, Rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), se ha pronunciado
recientemente porque en todas las carreras de esa Universidad se incluya un
curso de Ética y responsabilidad política,
que le permita al alumno meditar el significado de su disciplina y su ejercicio
profesional en las actividades de interés para su comunidad. Estos temas suelen
generar interés en los alumnos y permiten afianzar la práctica de la reflexión
filosófica.
El futuro de la materia de Ética y Desarrollo Profesional
en la Universidad de Sonora es incierto, pues la rumorología difunde verdades y
rumores, sin o con sustento, y a los miembros de la Academia de Metodología y
Filosofía nos preocupan algunos de ellos; pero hasta hoy, el interés que hemos
mostrado en colaborar en el mejoramiento de dicho espacio académico no ha sido
correspondido por las autoridades universitarias.