Isócrates nació en el demo de Erquía, en
el Ática. Fue orador, político, educador, historiador y cronista. Vivió entre los años 436 y 338 a. n. e.
Su padre tenía esclavos que
fabricaban flautas, un oficio humilde, pero cuyo comercio le permitió
pertenecer a una clase media pudiente, y recibir una excelente educación.
Formación
• Asistió en Atenas a los debates y
discusiones de Sócrates, y a los debates públicos de Terámenes
(quien se había formado en la escuela práctica de los negocios y los debates
públicos).
• Conoció los planteos de los sofistas:
Gorgias de Leontinos (maestro de la retórica y de gran capacidad
oratoria), Pródico de Ceos (interesado en el uso correcto del lenguaje y
de los diversos significados de las palabras), y de Tisias de Siracusa (uno
de los fundadores de la retórica griega, y quizás su maestro).
• No se dedicó a la política, por
carecer de cualidades (era tímido, pequeño, y débil de cuerpo y voz). Sin
embargo, fundó una famosa escuela de oratoria, en 392 antes de nuestra
era.
• Cuando perdió la herencia paterna en
la guerra contra Esparta (guerra del Peloponeso) se dedicó a la enseñanza.
• Dirigió una escuela en donde enseñaba
el arte de la redacción de ensayos y el arte de la oratoria y la retórica, en
la isla de Quíos, o Chíos. Fue maestro de los oradores Hiperides, Iseo y
Licurgo.
• Al volver a Atenas, en el año 403 a.
n. e., trabajó escribiendo discursos judiciales y políticos por encargo.
• Entre sus discípulos más ilustres
destacan los oradores Hiperides, Iseo y Licurgo.
• Mediante su modelo intelectual y de
vida, esperaba educar a sus alumnos y que estos se convirtieran en educadores
políticos de otros ciudadanos, para continuar el efecto multiplicador.
• Su docencia política consistía en
formar dirigentes que usaran correctamente el poder depositado en sus manos.
• La única manera de formar a las
nuevas generaciones, era mediante la RETÓRICA.
• La Retórica es para Isócrates: un
medio de acción política.
La retórica
• Para que la retórica fuera un factor
de cultura política debía tener la capacidad para alcanzar ciertos fines.
• El objetivo era convertirla en una
verdadera educación, cuyo contenido eran las
“cosas supremas” (las costumbres sociales o los asuntos de Estado).
• La retórica puede enseñar a penetrar
en las ideas o códigos de que se halla compuesto un discurso, porque conduce a
un análisis minucioso que implica la desestructuración de una argumentación.
• A la vez le proporciona al orador el
instrumental necesario para que construya un discurso propio, destinado a
enseñar o persuadir.
• Isócrates pensaba que los argumentos
que sirven para persuadir también sirven para reflexionar.
La oratoria
• El ideal educativo de Isócrates era
el orador, aquel que posee la técnica adecuada del discurso, y
fundamentalmente, la virtud moral apropiada para que sus costumbres estén de
acuerdo a lo expresado en sus palabras.
• De esa manera, en la medida que sus
discípulos aprendían retórica también aprendían moral.
• El orador tiene la capacidad de
persuadir (lo que es propiamente el discurso retórico), de influir en un
momento puntual, para que los destinatarios tomen una decisión determinada. No
solo se debe hablar o escribir bien, sino, sobre todo, pensar bien y comunicar
adecuadamente un contenido con una finalidad didáctica o persuasiva.
• Isócrates exalta el valor de la
palabra como la herramienta que permite al hombre independizarse del mundo
natural e ingresar en la historia:
• Pensaba que nada nos distinguía de
los animales, a no ser la capacidad de persuadirnos unos a otros, y, de
manifestar los deseos; por lo cual pudimos alejarnos de la vida salvaje, formar
congregaciones, ciudades e inventar técnicas; todo eso gracias a la palabra,
que nos ha permitido establecer normas sobre lo que es justo o no lo es, sobre
la belleza y lo feo.
• El “logos” es el creador de la
cultura.
• La capacidad discursiva es el signo
más importante de la razón humana.
• El poder de la palabra equivale al
poder de dirigir.
• La retórica supone la selección y
estudio de los principales aspectos asociados al pensamiento del docente.
• El fin que debe perseguir la
educación es la formación de un ciudadano educado a través del dominio de la
oratoria (el poder de convencer y dirigir).
Formación de gobernantes y ciudadanos
• «y aunque llamamos oradores a los que
pueden hablar en público, tenemos, sin embargo, por hombres de buen consejo
a los que discurren lo mejor sobre los asuntos que se les proponen”.
• Creo que todos los discursos pueden
ser útiles hasta en la cosa más mínima; pero los más excelentes, son aquellos
que aconsejan, sobre las costumbres,
sobre la administración del Estado; especialmente «aquellos que enseñan
a los gobernantes cómo conviene tratar con la muchedumbre y, a los
particulares, qué disposición de ánimo deben tener para con los que los
gobiernan. Porque veo que es por esto que las ciudades llegan a ser muy felices
y poderosas.»
Metodología educativa
• La escuela de Retórica de Isócrates
en Atenas tenía los siguientes lineamientos:
* Tres o cuatro años de estudios.
* Un máximo de nueve alumnos.
* Sistema personalizado de enseñanza.
• Objetivo inmediato: formar líderes
políticos.
• Objetivo mediato: recuperar el
esplendor de la cultura griega, por medio de la educación, para formar una
nueva cultura («paideia»).
Saber y poder
• La educación tenía que ser
necesariamente política.
• El tema de la retórica debía ser la
política y el uso del poder por parte de quienes dirigirán en el futuro la
polis (esperaba que fueran sus discípulos).
• Por eso vinculaba los conceptos de felicidad
y poder: una ciudad depende de la armonía entre gobernantes y gobernados,
es decir de la buena disposición de ánimo de unos para con otros.
• Relaciona saber y poder. El
poder produce saber y viceversa. Ese poder se ejerce desde un "cuerpo
político" integrado por hombres sabios, una especie de aristocracia
intelectual.
• "(...) Ten por sabios, no a los
que disputan minuciosamente sobre cuestiones pequeñas, sino a los que hablan
con acierto de los grandes temas; no a los que prometen la felicidad a los
demás, viviendo ellos en la mayor miseria, sino a los que hablan moderadamente
de sí mismos, y pueden tomar parte en los asuntos públicos entre los hombres, y
no se alteran en las vicisitudes de la vida, sino que saben llevar con dignidad
y mesura tanto la buena como la mala fortuna.”
• “(...) los que no resultan
corrompidos por el éxito, ni se enajenan, ni se vuelven soberbios, antes bien
permanecen en la disposición propia de los hombres prudentes y no se alegran
más por los bienes que les depara la suerte que por los que provienen, desde su
origen, de su propia naturaleza y sensatez. Los que tienen una disposición
anímica en armonía no sólo con una de estas condiciones, sino con todas ellas,
éstos digo que son hombres sabios y formados, y que poseen todas las
virtudes."
Contra la demagogia
• Quienes “hablan con acierto sobre los
grandes temas”, no hacen promesas que no pueden cumplir y conservan su
equilibrio mientras toman “parte en los asuntos públicos”, éstos pueden ser
calificados de sabios (no en un sentido científico sino moral y político).
Aquellos por quienes pasarán los hilos del poder serán conductores
intelectuales dotados de un alto nivel ético. Regularán la felicidad pública y
el saber mediante el dominio del discurso, es decir, el poder de la
comunicación.
Ética y moral pública
• "(...) así pues, ¿a quiénes
considero acabadamente educados, dado que yo no tomo en cuenta para ello las
artes, las ciencias y las capacidades? En primer lugar, a los que tratan
atinadamente los asuntos que se presentan cada día, y tienen la opinión
adecuada a las circunstancias, capaz de conjeturar lo que es ventajoso en la
mayor parte de los casos. Después, a los que tienen una relación conveniente y
justa con aquellos con quienes conviven -llevando fácil y pacíficamente sus
asperezas y los caracteres muy difíciles de soportar- y que muestran también la
mayor paciencia y consideración posibles hacia los que tienen trato con ellos.
Además, a los que, por una parte, señorean siempre sobre los placeres y, por
otra, no se dejan abatir por completo en las circunstancias adversas, sino que
en ellas su ánimo se torna valeroso y digno de la naturaleza de la que
participan”.
• La ética es fundamental en la
realización de su proyecto político, lo cual lo distingue del relativismo de
los sofistas, y del idealismo de Platón (el filósofo como gobernante de la
polis).
• Combatió a los sofistas –sus
principales competidores– porque no tomaban en cuenta la ética.
• Su escuela fue importantes por su
instrucción eficiente, la formación socrática y platónica, y por incluir en su
plan de estudios la educación ética del ciudadano.
• Isócrates coloca su autoridad moral
por encima de la autoridad política, pues la dirige. El poder pedagógico actúa
sobre el gobernante, y éste se verá en la influencia que el gobernante ejerza
sobre sus gobernados, propiciando su mejoramiento.
Panhelenismo y patriotismo
• Isócrates proponía superar la
decadencia moral y política de Atenas para conseguir la unidad política de
todos los helenos (panhelenismo).
• Había que cesar las luchas internas y
unificar a las ciudades-Estado, para defenderse de los persas, pues decía: “nos
falta poco para declararles la guerra a todos los hombres”.
• Finalidad: unificar a Grecia y
regenerar su vida política, para evitar la invasión de los persas (idea
central expresada en su Panegírico, elaborado en el año 380 a. n.
e).
• Fracasó en sus fines, por lo que
pidió a Filipo II encabezar la guerra contra Persia.
• Isócrates critica la falta de
compromiso de los atenienses para combatir a los persas, pretendiendo ser
defendidos por mercenarios, a los que si el enemigo les paga un sueldo mayor se
pondrían de su parte.
• Pues “faltándonos el sustento
cotidiano, hemos intentado mantener tropas mercenarias y maltratamos e
imponemos un tributo especial a nuestros aliados para proporcionar un sueldo a
enemigos comunes a todos los hombres”.
• “Somos tan inferiores a nuestros
antepasados (...) que aquellos, si habían votado hacer la guerra a alguien, se
creían en la obligación de poner en peligro sus propias personas para defender
su opinión, aunque la acrópolis estuviera llena de oro y plata. Nosotros
(...) a pesar de haber llegado a tanta
miseria y de ser tantos, utilizamos, como el gran rey, tropas mercenarias”[15].
Fines de Isócrates
•
La educación tendría que ser una formación
política (pensada para la polis), más que una educación técnica.
•
La educación debe beneficiar al individuo, a
la polis y a los griegos en su conjunto, porque la educación y la cultura son
los únicos medios de que se dispone para lograr el panhelenismo y la
unidad interna de cada polis.
•
Meta: lograr la transacción entre la
tradición de la política realista del siglo de Pericles, la crítica moral de la
filosofía y la tendencia hacia la dictadura.
•
Objetivo: alcanzar, por medio del poder
educativo de la retórica, la formación del monarca y de los hombres de Estado,
instrumentos salvadores de la cultura griega.
Principios “de gobierno excelente”
• El dirigente debe saber actuar sobre
individuos o grupos, tener la facultad de definir, proyectar o construir nuevas
relaciones, en arreglo a los fines que se proponga alcanzar.
• El buen gobernante procurará
engrandecer a su polis, trabajará con ese fin, y su punto de apoyo será su paideia
ética.
• Es importante el trato que el gobernante establezca con los otros
hombres. Aconseja rodearse de los más sabios, aunque se vea obligado a recurrir
a quienes no están a su alrededor.
• Un pueblo virtuoso responde a un
monarca virtuoso, alejado de la arbitrariedad, un ejemplo de conducción y vida,
un hombre capaz de manejar el poder en sus manos con equilibrio.
• Isócrates era partidario de que
gobernaran los mejores, los hombres virtuosos, no clasificados por su mero
nacimiento.
• La capa social de los mejores,
dominaría sobre las capas sociales menos virtuosas.
• El buen monarca sería un retórico,
que manejara las situaciones a través del poder de su palabra y su conducta
moral.
• El buen monarca podría acabar con las
penurias de las póleis griegas y hacerlas más fuertes, y poner a su gobierno al
servicio de la educación según el modelo isocrático.
Cualidades del DIRIGENTE
• El dirigente debía ser un pensador,
un hombre reflexivo “que observa los hechos y conoce a cada ciudadano”,
mientras mantiene en armonía su pensamiento y su acción.
• Poseer la areté, (“la virtud”): ser
majestuoso, no por los adornos de su persona sino por el arreglo de su vida.
• Fundamentar su poder en el
conocimiento de la realidad política y de la gente a la que gobierna.
• No cometer injusticias, intervenir
ordenada y consecuentemente en los asuntos públicos, mantener las acciones de
acuerdo con las palabras, gobernar con firmeza a todos y castigar a los
malhechores sólo según las leyes.
• El dirigente debía poseer gran
voluntad, no en los acontecimientos del azar, sino en los provocados por él.
• Otorgar beneficios para hacer amigos,
y sujetar a los demás con magnanimidad.
• Ser temible, no por ser hostil hacia
muchos, sino por sobrepasar a los demás en capacidad.
• Señorear sobre los placeres, y no
dejarse guiar por ellos.
• Estas cualidades no eran ideales,
sino obtenidas de la historia: del análisis de los gobernantes.
Tomar lo mejor de cada forma de gobierno
• El soberano ejemplar tomará de “cada
forma de gobierno lo mejor”.
• Se comportará como demócrata o tirano
dependiendo de las circunstancias.
• Su poder no estará limitado por la
constitución o la ley, sino por la justicia y la virtud moral.
• La constitución es el alma del
Estado, hay que infundir sus principios en la conciencia de los ciudadanos.
• Si la constitución se modifica
producirá un cambio en el gobernante. Pero, las leyes por sí solas no educan y
nada se soluciona multiplicándolas.
• Quienes gobiernen con rectitud deben grabar
la justicia en las almas, pues es con buenas costumbres como se gobiernan
las ciudades, no con decretos.
• Los que han sido bien educados
obedecerán las leyes. Quienes han recibido una educación perversa transgredirá
cualquier ley.
Obediencia y ciudadanía
• Los ciudadanos deben actuar con
solicitud y justicia, porque si falta, en la misma proporción se resentirán los
asuntos públicos.
• Los gobernantes deben ser obedecidos
por su autoridad moral, no por su poder político o militar.
• Los ciudadanos deben obedecer y
evitar desórdenes, ya que el gobernante se puede convertir en tirano, no por su
propia voluntad, sino como consecuencia de la actitud de sus gobernados.
• La fidelidad y la obediencia de los
gobernados salvará ese escollo, permitiéndoles participar “en los bienes”, el
éxito y el bienestar del Estado.
• La malevolencia o la buena
disposición de los reyes no se debe sólo a causas naturales, sino también a las
costumbres de sus súbditos.
• Aconsejaba enseñar a los hijos a
obedecer a sus superiores, porque si han aprendido bien a ser gobernados,
podrán gobernar a muchos.
• Los ciudadanos debían manifestar con
obras, más que con palabras, su benevolencia hacia el soberano, pensando que
sus palabras eran leyes.
Gobierno de calidad
• Un pueblo virtuoso responde a un
monarca virtuoso, alejado de la arbitrariedad, un ejemplo de conducción y vida,
un hombre capaz de manejar el poder en sus manos con equilibrio.
• Isócrates era partidario de que
gobernaran los mejores, los hombres virtuosos, no clasificados por su mero
nacimiento.
• La capa social de los mejores,
dominaría sobre las capas sociales menos virtuosas.
• El buen monarca sería un retórico,
que manejara las situaciones a través del poder de su palabra y su conducta
moral.
• El buen monarca podría acabar con las
penurias de las póleis griegas y hacerlas más fuertes, y poner a su gobierno al
servicio de la educación según el modelo isocrático.
Fines de Isócrates
•
La educación tendría que ser una formación
política (pensada para la polis), más que una educación técnica.
•
La educación debe beneficiar al individuo, a
la polis y a los griegos en su conjunto, porque la educación y la cultura son
los únicos medios de que se dispone para lograr el panhelenismo y la
unidad interna de cada polis.
•
Meta: lograr la transacción entre la
tradición de la política realista del siglo de Pericles, la crítica moral de la
filosofía y la tendencia hacia la dictadura.
•
Objetivo: alcanzar, por medio del poder
educativo de la retórica, la formación del monarca y de los hombres de Estado,
instrumentos salvadores de la cultura griega.
FUENTE. El crédito para el
autor utilizado en esta clase corresponde a: Nelson Pierrotti. Isócrates:
retórica y poder político en la formación del ciudadano ateniense del siglo IV
A.C.
nelsonpierrotti222@hotmail.com
CUESTIONARIO
·
¿Para qué enseñar retórica?
·
¿Qué papel juega la oratoria en la enseñanza?
·
Exponga la función del logos, la cultura y la
razón.
·
¿Cómo se debían formar los gobernantes y los
ciudadanos?
·
Exponga la metodología educativa de
Isócrates.
·
¿Qué relación establece entre el saber y el
poder?
·
¿Cuál es la opinión de Isócrates sobre la
demagogia?
·
¿En qué consiste el papel de la ética y la
moral pública?
·
¿En qué consiste el panhelenismo del autor?
·
¿Cómo evalúa la conducta de los ciudadanos en
relación al patriotismo?
·
¿Para qué enseña el autor?
·
Diserte sobre el gobierno excelente.
·
Mencione las cualidades del dirigente
político.
·
¿Por qué deben obedecer los ciudadanos?
·
¿Cómo definiría la profesión de Isócrates?